Sobre la locuacidad

...cuando hables, procura que tus palabras sean mejor que tu silencio.

21 de julio de 2015

Con un latido prestado



Ya no amanece mis días
sin el aroma de tus suspiros
junto al temblor de mis labios,
sin la suavidad de tu piel
distraídamente rozando la mía,
sin los bucles de tu cabellos
sorteando entre mis dedos.

Ya no vuelven las mañanas
silenciosas de besos soñados,
sin el pestañear a la vida,
sin el mirar silencioso  
de tus ojos nobles enmelados,
sin la terneza de tus caricias
rebuscando entre mis dedos
los galanteos sobre tu espalda.

Ya no funciona mi corazón
sin tu latido prestado,
sin tu boca a boca necesario,
sin el ánimo de tus palabras,
sin las razones para desearte,
sin el deseo de amarte,
como si estuviese condenado
a respirar con tu aire,
a beber solamente de tus labios,
a caminar siempre a tu lado.

Ya no amanece nunca
sin la tibieza de tus suspiros,
sin cosas que hacer
como si todo lo hubiese olvidado,
con el reloj de la cordura
sobre la mesita parado,
con los cuadros de siempre
vueltos de revés castigados.

Ya, cada día, es comenzar de nuevo,
mirar con los ojos cerrados
para no tropezarme con la tristeza,
para seguir viviendo en los sueños,
para escaparme del peligro
que corro cuando camino solo,

Para mí, cada día, amanece sagrado  
y no reparo sonrojo, ni baldón
poner voz y grito a mi razón
de hacerlo con un latido prestado.

Manuel Silván

21/7/2015

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